Casi todas las personas que me conocen un poco, y algunas que me conocen mucho, piensan (eso me parece al menos) que soy una persona que no tengo miedo a nada. Sólo las personas que me conocen bien saben que soy realmente «miedosa», sí, una porica que decíamos de pequeñas. ¿No te lo crees?. Pues sí. Lo que ocurre es que cuanto más grande es el miedo, más empeño pongo yo en superarlo… aunque a veces, en algunas épocas de mi vida, no he querido o no he podido hacerlo.

A los 8 años vi por primera vez «Drácula», animada por mi hermano mayor y nunca lo olvidaré. A partir de ese día y hasta que me casé, no pude dormir con la cabeza destapada. En verano, en invierno, con frío o con 35 grados, siempre me falcaba la sábana por detrás haciendo una especie de recinto en la cama para respirar, pero no dejando que mi cabeza asomara al exterior. Seguramente pensaba que los colmillos de Drácula no atravesarían la fina sábana… jajaja. Tampoco he podido ver nunca más pelis de miedo. Y para mi pelis de miedo son pelis con música profunda y con algún susto, las demás son de TERROR, prohibidas para mi sensibilidad.

Esto es un ejemplo, los hay algunos más, o muchos más y más «importantes», como en cualquier persona. Todos tenemos nuestros terrores, nuestros momentos o situaciones que nos bloquean, que no nos dejan ser uno mismo, que nos condicionan a veces en nuestras decisiones.

… ninguno igualable al miedo a Drácula, ya ves tú, el pobre conde, con lo cachondo que era…

16725908-ilustraci-n-de-dibujos-animados-de-dracula

Así debía ser la imagen que tenía del Conde Drácula. Nunca volví a ver la peli.

 

Y digo ninguno igualable porque creo que poco a poco, por mis circunstancias, por la vida que es así, he ido dándome cuenta que precisamente mi MIEDO me servía de estímulo, de motivación, de competidor dentro de mi misma… Y he podido ir construyendo mi presente y mi futuro apoyándome en él.

Mi yaya siempre tenía miedo de todo, no quería que saliéramos cuando llovía, por si resbalábamos, cuando hacía aire por si nos caía algo a la cabeza, cuando hacía sol por si nos daba un golpe de calor, cuando era de noche por si nos atracaban… y así así a todo. Me entra una sonrisa tan grande cuando la recuerdo!!!… pero ella se quedó paralizada. Creo que de miedo a vivir.

Bueno, pues ahora, repasando mi historia mientras corría por Alcocéber (cómo no, organizando mi cabeza en movimiento, jajaja), he llegado a la conclusión que debía dedicarle un espacio al MIEDO.

Al miedo que nos paraliza y no nos deja tomar decisiones, al miedo que he tenido que vencer, reto tras reto y no sólo deportivos, éstos son los mejores, porque sabes que en cuanto acaban, tu canguelo pasa también. El MIEDO es una suerte en nuestra vida. Sí. Una suerte digo. Pues si no no avanzaríamos, sino no superaríamos situaciones adversas. Hay veces que nos cuesta, pero lo importante es superarlo, enfrentarse a él.

Nunca me enfrenté al Conde (aunque ahora paso de él, no sé cuándo ni cómo sucedió, jajaj), pero sí me he enfrentado a mi misma en muchas ocasiones, sí he enfrentado mi miedo al futuro de mis hijos, al mio propio, y lo he resuelto de una forma muy simple: CONSTRUYENDO EL PRESENTE. No puedo vivir el presente teniendo miedo del futuro. Y digo yo que tener miedo es bueno, pero sólo en la medida que nos sirve como test del posible peligro y como herramienta para superarse a sí mismo o resolver situaciones.

¿Quién no tiene miedo a participar en su primer Triatlón?, el miedo sólo se supera haciéndolo, y la sensación es tan maravillosa que no paras de crear situaciones parecidas. El miedo, sin embargo, te dió el suficiente juicio para prepararte como es debido.

Así que, es verdad que puede parecer que no tengo miedo a nada, a veces he afirmado esto, es una verdad en parte, únicamente no dejo que me atenace y me deje paralizada, aunque algunas veces no lo he conseguido 🙁 Tenerlo lo tengo, claro que sí, pero respiro pa dentro y «una, dos y tres» y al trapo.

IMG_1846

Estos días he disfrutado de unas mini vacaciones en la playa, con mi familia. Esto ha sido lo que me ha hecho pensar en este post. Comencé a escribirlo así… «Mirando al mar soñé, que estabas junto a ti…» uf, pero me parecía cursi, no, lo siguiente. Aunque la verdad es que siempre que voy a Alcossebre me aparece esta canción en mi cabeza……y ya ves tú, ni que esperara a nadie, ni que soñara despierta… Curioso a veces las asociaciones de la vida, nuestra mente es infinitamente más sabia que nosotros mismos, sin nosotros saberlo.

Ya había descubierto hace un tiempo otro de mis miedos: Nadar en el mar¡¡¡. Síiii. He hecho triatlones y tengo miedo al mar. A que me toquen cositas por debajo, a no ver el fondo y no tocarlo, a las olas fuertes… a todo. Y desde el primer día que llegamos, me decidí a superar este miedo, (aunque algunos pensaréis que no hace falta meterse tanto en el mar y nadar, para mí es importante) y  hemos hecho un gran esfuerzo para conseguirlo. Y digo hemos, porque en esto no me acompaña Jorge, como en la carrera, sino Alvaro. Aunque parezca mentira, la criaturilla de 9 años me está dando unas lecciones de ignorancia, que lleva a la seguridad, la valentía, las ganas de explorar, de seguirme, de aprender… que nunca lo hubiera esperado. Benditos 9 años. Y él se ha convertido en mi angelillo de la guarda en el mar. En mi quitamiedos. Bueno, no he hecho tiradas de 500 metros como le gustaría a Kike, pero estoy poco a poco perdiendo ese miedo a adentrarme, a tocar el fondo, a nadar en alta mar… El otro día dimos una vuelta con la barca de Mario. Ha sido lo mejor de estos días. Navegamos un ratito los 5 y en una cala a unos 500 metros de la orilla nos lanzamos a nadar. Álvaro y yo los primeros claro, que para demostrarle a él que puede hacerlo, me tengo que atrever yo primero, así que con una profundidad de 10 metros y con peligro de tiburones (al menos en mi cabeza) nos lanzamos. Ha sido la mejor experiencia en el mar hasta el momento. Era como una piscina saladita, flotaba a tope flow, y se veía límpio todo, con lo que no me daba nada de cosa. A Alvarito le faltan unas cuantas clases de Kike, pero el chiquillo pone mucha voluntad y siempre me sigue, y eso es lo importante. Luego el baño de la marquesa Nuri y Jorge. Qué chulo¡¡, quiero una lancha de goma con motor de lavadora aunque sea, seguro que mi padre la hacía andar. Jajaja. Nuri tenía miedo a nadar tan hondo, pues lo superó con un salvavidas, hay remedio para todo.. También hemos visitado playas, diferentes, para probar y seguir nadando, y poco a poco he conseguido nadar más relajada.

 

IMG_1867Mi chica campeona camino de alta mar.

 

Mi chica campeona camino de alta mar.

Ser consciente de algo que te preocupa y enfrentarte a él es una lección de vida.

Sin saberlo Alvarito me ha ayudado a superar mi miedo al mar. Yo sí sé que le he ayudado a superar el suyo.

Como conclusión, que si no no paro, (ay mare como escribo de largo):

Anima a las personas decididas a luchar contra sus miedos, sus preocupaciones, sus problemas, no las animes a esconderse, muéstrale soluciones, no más problemas, dale herramientas y consejos para afrontarlos, no les asustes más. No las dejes solas, aunque parezca que no necesiten a nadie, nunca es así.

Por todas las personas que me han ayudado a superar mis miedos, mis dificultades, mis retos y me han acompañado en mis inicios, (todos los tipos de inicios) y nunca me han dejado sola.

Isabel