Ilustración de Isabel Remohí, pensada para las personas luchadoras de la vida, que pueden y podrán con todo siempre. Si te gusta, me llamas y hablamos, no la utilices sin permiso. Respeta el trabajo de los demás. Gracias¡¡¡¡

«Cuando el frío, la soledad y la desilusión, todo junto y con fuerza, se colaron en su ser, pensó que todo estaba perdido. La vida no era sino un rodeo a lo mismo, a la esperanza que era seguida de desilusión, al calor sofocante que se escapaba para congelarte de frío, los pies y el corazón; la soledad preciosa de los momentos de calma y dolorosa a la vez. En esos momentos retrocedía en su vida, intentada buscar puntos de anclaje que le permitieran aferrarse, coger resuello para volver a subir, para volver a intentarlo. Eso funcionaba. Y casi siempre llegaba a la misma conclusión, ¡no podía dejar de luchar!, no podía quedarse en su lecho muriendo de frío. Volvió a sus rutinas y las intensificó, nada mejor para fortalecer su mente (qué paradoja), no pensar, no pensar… Había aprendido a disimular por fuera, pero su cojera no la disimulaba nadie, los avatares de la vida se graban a fuego en nuestro cuerpo, somos como un pergamino con una historia, cada parte de nuestro cuerpo cuenta qué pasó, quiénes somos y qué hacemos aquí.

Se sentía, a pesar de todo, muy bien. El frío sabía que era pasajero, con la soledad y la desilusión ya había aprendido a convivir. Sabía que eso era la vida, el camino que tenía enfrente, y que lo único que podía cambiar era la actitud con la que lo afrontara. Se ajustó su prótesis y salió a correr, se rodeó de los que lo querían y sonrió. Se estaba bien en Enero pese a todo.

Conseguiría llegar, lo sabía, y en el camino dejaría todo lo que no valiese la pena. Seguiría con su sueño, y lo haría como sabía, sin dejar de esforzarse por conseguirlo, aunque estuviese congelado.»

«Sigue adelante con tus sueños, disfruta del esfuerzo y del camino, de los que te quieren. La vida es Actitud.»

Isabel. Enero 2020