«Se sentía feliz, llena, aunque si se asomaba a la barandilla de su abismo, la incertidumbre se apoderaba del momento, y no quería que eso sucediese. Sobre un manto de sentimiento, dedicación y dolor, se elevaba su energía, su dulzura, impregnada de inocencia y ternura. El momento lo atesoró en su corazón, eran esos momentos que se sobreponen a los días grises, los que quedan en tu memoria para saber que todo ha valido la pena. ¡Qué injusto que esa ternura y esos corazones dependan de los que viven a su lado!. Pensó en los millones de niños y niñas como ella que no iban a tener sus oportunidades, también en los que superarían todas las dificultades aunque no fuesen afortunados y en los que desaprovecharían todo lo que se les ofrecía por pereza, actitud y comodidad. La firmeza del abrazo era de gratitud, por todo lo que la pequeña le había enseñado, por todo lo que ella estaba dispuesta a enseñarle y quererle y porque durante unos segundos conseguía que el oro puro entrase en su alma, descubría que aún existía y lo tenía muy cerca, aunque, igual que el oro metálico, se escapaba entre los dedos del paso del tiempo y otros sentimientos menos puros…»
Ésta es la primera de las historias que os muestro de mis últimas ilustraciones. Muchas veces poner palabras a la imagen está de sobra. Os dejo ambas, para que juzguéis.
He creado una nueva galería de ilustraciones, recién editada. Cada una tiene su historia y su razón de ser. Son dibujos digitales inspirados en momentos y personas, algunos íntimos, otros públicos.
Si te apetece tener tu ilustración especial, o deseas hacer un regalo diferente, llámame. Tengo ilustraciones para ocasiones especiales y hago retratos ilustrados personalizados pensando en ti y en la persona que lo solicita.
Espero que os guste.
Isabel. Noviembre 2019