La pintura es un soporte gráfico que complementa el texto escrito y le ofrece una visión personal, de introspectiva, mostrando personajes cercanos e importantes en su vida.

Hay una evolución entre las obras iniciales y las más actuales, pasando por un uso más estridente del color, en el que el rojo es el dominante, a un acercamiento al blanco como color armonizador de los sentimientos y siempre tomando como referencia la luz y el color, con una pátina blanca, semi-transparente, como algunas emociones.

Las mayoría de las obras han sido trabajadas con técnica mixta, con base de óleo y aceites, usando el collage y la transferencia como elementos conectores con el pasado, (en los textos de un antepasado de la autora), que conforma el sustrato de la obra.

Lavados de color, papel de seda tintado, utilizado como recurso semi-transparente, que envuelve, oculta y muestra a la vez y un uso del color estructurado que recuerda a la obra de Paul Klee, por el que la autora siente admiración.

Nueva York, París, Londres, Valencia… y algunas imaginarias, conforman una pequeña colección de espacios alegres, reinterpretados bajo el prisma del color, de nuevo la transparencia y la luz.

El aspecto estructural de las ciudades conecta con la visión del transcurrir de la vida, buscando los resquicios por los que expandirse en las ciudades que propone, las escaleras que nos ayudarán a subir, a disfrutar de las vistas, a conocer casas de otros colores y con otras vidas.