Aún no hace ni 8 días que conseguí acabar Tabarca, y parece que ha sido un reto lejano, que no iba conmigo, que no he sufrido ni preparado, al que no me he enfrentado… nada más lejos de la realidad.
Ha sido el RETO por excelencia. Lo más difícil a lo que me he enfrentado hasta ahora, en cuanto a retos deportivos, ni siquiera la Maratón me causó tanto transtorno mental.
NUNCA pensé que estaría ahí, en la isla, tempranito, preparada para salir. Me apunté por los ánimos de mis compañeros, pero no porque pensara que lo podía hacer (siempre he sentido que era lenta en el agua y este año no he podido entrenar casi con Haruki, me he tenido que esforzar y entrenar por mi misma…), y hasta 1 hora antes de salir estuve deseando que se anulara, que pasara algo, que no se hiciera, pero a la vez deseando que se hiciera, que pudiera con él, que me lo pasara genial y sentir que ganaba al miedo. Porque NUNCA tampoco he tenido tanto MIEDO a enfrentarme a un reto.
Quizá unos días antes ya sabía porqué sentía que no podría hacerlo, o que al menos habían posibilidades de no poder, era todo aquello que yo no podía controlar y que podía suceder: las olas (hasta el día de antes a las 10 noche no sabían si saldríamos o no por las olas tan altas que habían…); los bichos: peces, medusas, tiburones y otros varios habitantes del mar; el mareo, mi hombro izquierdo, que llevaba un tiempo fastidiándome, y la distancia que no controlaba…
Pero lo hice, claro que sí. Me costó relajarme, casi 2000 mt, pero finalmente conseguí nadar tranquila, con bastante flow (aunque seguro que no todo lo que Haruki quiere), y disfrutar de lo que me quedaba.
Hubieron más condicionantes en el mar que me hicieron pasar un mal rato al inicio: las gafas no me las ajusté bien, o quizá se resbalaban de la vaselina, no sé, el caso es que no paraba de entrar agua y empañarse, y tenía que detenerme medio segundo a ponérmelas, esto aumentó mi sensación de mareo, que después de bordear la isla y salir a mar abierto me atacó a tope. Uf¡¡¡ ¡¡Qué mareo sentí!, las olas crecieron y me bamboleaba intentando nadar pero no avanzaba mucho. El sol también jugó un papel importante y mi falta de práctica en respirar por el lado izquierdo hizo que me «tragase» la bola de sol incandescente clavada en mi pupila, (si cierro los ojos aún puedo sentir esa sensación tan desagradable), pero si cambiaba la respiración de lado me mareaba también… y esto se sumaba el pánico a los bichos, que después de un rato sin ver nada, me relajé, (llevaban 2 semanas poniendo noticias de medusas y tiburones agggghhh). Pensé que ellos tenían suficiente sitio para pasar debajo de mi, que porqué me iban a elegir a mi entre 1600, si nunca me había tocado la lotería…
A partir del 2000 fue todo muy bien. Tuve a Fernando acompañándome toda la travesía, hasta los últimos 700 mt más o menos que él se escapó un poquito. Gracias a él conseguí mantener un ritmo constante, conseguí tranquilizarme, conseguí visualizar y fijar la dirección… Había miles de boyas pero siempre tenía la duda de si debía ir recto o en diagonal como estaban las boyas… (era en diagonal el trazado). Pero fuimos avanzando. Esa tranquilidad de llevarlo a un lado se convirtió en histeria en el km 3 más o menos, pues los dos pensamos que íbamos los últimos, venían detrás las lanchas y canoas y no veíamos nadadores, y nos entró el susto de ir los últimos y apretamos un poco. Luego resultó que una hora después o más de entrar en meta, aún estaba llegando gente.
En el 3000 mt Fernando me acercó un poco de agua y seguimos adelante, así adelantábamos a todos los que se habían parado a comer jajaja, eso pensamos, porque seguíamos pensando que íbamos últimos… A partir de ahí fue todo como la seda. El sol se escondió detrás de las nubes, y mis ojos podían abrirse al respirar y no ver la bola de fuego, tampoco habían tantas olas, o quizá ya me había acostumbrado, y ya había descubierto que en el mar no hay animales, sólo había 1600 nadadores, pero ni rastro de ningún otro ser vivo. Me apreté tanto las gafas que dejó de entrarme agua, pero en el km 5 los ojos ya casi estaban fuera de mis cuencas y comenzó a dolerme la cabeza.
Fue entonces cuando Fernando se alejó un poco, se veía ya la playa y quiso apretarse, pero yo no podía seguirlo, sólo quería dormir, dormir nadando, hacer el muerto, descansar, quitarme las gafas que me machacaban los ojos, pum pum pum…. así que me relajé y seguí nadando. Sólo había que repetir lo que venía haciendo 5 km, brazo, brazo, respira, brazo…. sin parar, sin pensar… ay, veía el final, ya sabía que podía, ya no había marcha atrás. La euforia se mezcló con el cansancio, con la alegría de acabar, con la fuerza para llegar, con el dolor de hombro, con las olas que me empujaban…
NUNCA pensé que llegaría así, tan entera, sin cansancio, sólo con mareo, tan feliz, tan con ganas de repetir. Fui dejando todos mis miedos, uno en cada km de la travesía. La bola negra que me hizo creer que no lo haría, se explotó en el mar también, y ganó la constancia a los miedos, y ganó el esfuerzo de enfrentarme a ellos…
En la meta la mejor animación que puedas tener, mis compañeros Triculp que siempre están, presentes o en la distancia, y el mejor compañero que pudiera soñar, Jorge, que no animaba mucho, pero estaba ahí, como siempre cuando le pido que esté. Él sabía mis miedos, él sabía mi inseguridad, y creo que también sabía que lo conseguiría, como sabe que conseguiré TODO lo que me proponga, lo que esté en mis manos, lo que pueda ser resultado de mi esfuerzo y sacrificio. Todo un lujo compartir el momento de llegada con él. Con mis niños en la cabeza también y en el corazón, pues no pudieron venir.
Fin de semana inolvidable con la familia Triculp, que me animó, me acompañó, me asustó jajaja, todo eso hace más llevadero cualquier reto. Gracias a Fernando porque estuvo conmigo desde las 5 de la mañana cuando partimos los dos con el primer barco hasta que llegamos a tierra. Nos dejaron en una isla desierta y no había más remedio que volver nadando, teníamos billete de ida pero no de vuelta. Pero volvimos, vaya que sí.
Acabar con las ganas de repetir lo dice todo. Sé que en 2019 lo puedo hacer mejor y disfrutarlo más… Ahora ya ningún reto de mar, ninguna distancia en el triatlón será un obstáculo.
Gracias a todos los que me habéis animado, los que siempre creísteis que lo podría hacer, una parte de mi lo sabía, la otra estaba en negro… pero… Lo había conseguido¡¡¡¡
Ahora seguiré planificando mis retos con mayor soltura, con la mochila de miedos en el mar llamando a los tiburones…
Isabel
Enlaces a vídeos Tabarca:
Hola, a todos, Gracias a Salitre Films por la cesión de estas imágenes.Hi everybody, thanks to Salitre Films for providing us this video.just ten days to pre-register.Sólo unos días para la pre-inscripción!!!!!! #ttsp2017 #natación #aguasabiertas #swimming #openwaters #natation #eaulibres
Publicada por Club Natación Alone en Martes, 31 de enero de 2017
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