¡¡Qué fresquito el veranito y qué ganas de nadar en el mar, de refrescarte, de descansar!!

Así puede pensar otra persona en mi lugar. Pero no. Mi cabeza no funciona así. ¿Tengo ganas de nadar en el mar y refrescarme?, pues me apunto a Tabarca, jajaja. Travesía Santa Pola Tabarca, 5900 mt. Tomaaaa.

Realmente lo que pensé fue: «si eres capaz de superar este reto, sabes que podrás nadar cómo y dónde quieras, superarás tu propio miedo hacia la natación en el mar que ahora tienes». Pues sí. La disciplina que siempre me ha costado más, es en la que más me he esforzado. Es fácil entrenar carrera a pie, incluso la bici, pues me encanta, pero ir a la pisci ya me cuesta más. Ver que siempre eres la más lenta también me cuesta, que me canso, que no deslizo lo que me gustaría,,, uf. Pues ahí que me animo a este reto. Me apunté con los compañeros del club, y por desgracia nos tocó la «oportunidad» en el sorteo, no todo el que quiere hace la travesía, sino aquel al que le toca la china… Y me tocó la china.

A falta de una semana justa para enfrentarme a esta nueva prueba, me siento paralizada, ansiosa, con miedo, no acabo de «visualizar» la distancia, ni de saber que puedo hacerlo. Pero nada ni nadie va a convencerme para que anule mi participación. Sé que después de hacerlo me sentiré tan bien, sabré que habré superado mi miedo a todo, al mar, a las medusas, a la natación larga, a la sal, al mareo… y ya no habrá nadie que me pare en mis retos más largos. Si algún día el triatlón me paraba por la prueba de natación, ahora nadar 1500 en un olímpico me parece bastante asequible. No hay nada como tragarse nuestros miedos, esos miedos a no saber qué hay después de aquello que conoces, y nada más desconocido que la inmensidad del mar…

Desliza, desliza, despacio, despacio…. visualiza….

Lo último para ponerme a prueba: la Calavera portuguesa. No paran de aparecer por todas nuestras playas¡¡¡¡¡. ¿Me tocará toparme con alguna a mi?, ¿porqué tendría que ser yo la elegida?, ¿y si me toca la china?… ay, ay… A las medusas sí las he visualizado, las he dibujado, las he pensado… pero no las he tocado… nunca me han picado… y me dan pánico. De nuevo los miedos.

Medusa del amor

Con el reto del 8 de Julio, Travesía Tabarca-Santa Pola, continuo con los entrenamientos, aumentando el volumen de natación, y preparando un triatlón más largo. Propuestas para probar un medio ironman, pero me quedo con el Olímpico, en Almassora.

El pasado 17 de Junio volví al tri en Almassora, en un fin de semana de locos, con mil tareas, finales de curso, premios etc etc que me llenaron la víspera y me cansaron antes de comenzar… pero que me permitió saborear los minutos y las horas que le dediqué el domingo, bien temprano, a hacer deporte, a competir, a probarme, a medirme…

Feliz por mi segunda posición en la general, primera veterana. Más feliz por haber rebajado tiempos o ritmos, y por saber que puedo hacerlo con facilidad, aunque la carrera me cuesta más de lo que me gustaría, y necesito entrenar mucho más las sesiones dobles con transiciones. Esa sensación de sopor, desfallecimiento, cansancio extremo, calor… en la que las piernas no te funcionan, tu cabeza se bloquea un poco, y piensas «total, no puedo coger a la primera y la tercera va muy lejos, no te esfuerces más Isabel»… y así hago, acabar bien, justita, pero sin matarme. Y una segunda plaza que siempre ilusiona. NO tenía ningún trofeo de triatlón, éste fue el primero, y estaba entre la ilusión de haberlo conseguido y la rabia de haberlo hecho con poca competencia, pues éramos pocas chicas… Pero todo suma, y suma mucho.

Después de Tabarca volveré al Triatlón, a Alcoceber, y a ver si entre medias, consigo sacarme la espinita de correr rápido con alguna carrerita por la zona…

Nada mejor que escribir nuestros miedos para entenderlos y racionalizarlos, nada mejor que dibujarlos para visualizarlos, nada mejor que hacerles frente para superarlos. 

Medusa respétame, yo también lo haré. jajaja

Isabel Remohí