Ese día también llovía. Se levantó nublado y muy feo. Aunque había elegido estar en esa prueba con mucha ilusión, pensé en algunas ocasiones, la manera de «librarme» de ella con buenos motivos. Cuando no los hay, a afrontar toca. No es que no tuviese ganas, al contrario, la Vía Verde de ojos Negros es siempre una cita muy especial para mí por lo que supone de moral, de tiempos, de victorias, de disfrute en general de correr. Así que, aunque siempre puede haber motivos para no acudir a las citas con el correteo,  en mi escala ninguno era lo suficientemente fuerte como para anular una prueba así. Así que sólo quedaba una opción: concienciarse muy bien, saber que te ibas a mojar y salir a darlo todo como siempre. Iba con espinita, porque realmente me hubiera gustado estar en la salida de Barracas, la que inicia el maratón y no me atreví; pensaba, después de reflexionar bastante y evaluarme, que no estaba del todo preparada, así que me conformé con apuntarme a la media maratón, salir desde Caudiel y llegar a Navajas, entre senda minera y algún pueblecito como Jérica.

Salida 21 k Ojos Negros

Y aunque iba con espinita no salí a ganar, porque pensaba que no podría. El año anterior, pese a bajar 2 min mi marca de la media, en la que gané hace 3 años aquí, !!quedé la cuarta¡¡, así que no pensaba que pudiera volver a bajar tanto mi marca como para ganar. Y salí al tran tran, apretando, pero sin apurar (bueno es un decir, sí apreté pero como iba bien pues digo que es sin apurar). Disfrutando de las suaves pendientes que te permiten llevar un ritmo endemoniado al menos los 12 primeros km, y que cuando miras el reloj dices, ¡no puede ser!, ¿cómo estoy corriendo así?,¡¡Voy demasiado rápida!!!. Pues justo eso me pasó. Lo mismo que las 2 anteriores medias que hice aquí. Por mucho que quieras contenerte, te encuentras tan bien y favorece tanto el terreno, la frescura del día que salió, el olorcito a tierra mojada, la motivación que suelo tener en esta prueba… por mucho que quiera, se me van los ritmos. Sólo tenía una obsesión: llegar bien al km 15. Si superaba ese km, sabía que podía con la prueba. (Fue el km del pinchazo del año pasado, donde comencé a sentirme regular). En el 12 ó 13 ya iba primera. Y creo que ésa sería la diferencia con respecto al año anterior, pues por muy rápida que fuera hace  un año, no lograba coger a la tercera y esta vez sí. Ahora yendo a mi ritmo, pronto pasé a la 3ª, me puse al nivel de la 2ª (que la tuve pegada hasta el final) y corrí un rato con la 1ª hasta que decidí arriesgar. Me dio cosilla adelantarla, la conocía, se llamaba Isabel como yo, era bastante más mayor y sé que esa chica se lo curra mucho, el año anterior ganó esa maratón. Así que estuve un ratito con ella, pero ella se hundió, comenzó a aflojar y faltando 7 km yo iba sola, aunque sabía que perseguida muy cerquita. Si superaba el 16 lo tendría más fácil… NO me derrumbé. Bajé un poco el ritmo, lo suficiente para  no sentirme mal y a la vez para mantener la distancia. Tenía a la 2ª a pocos metros, la sentía detrás mía pegada.

No dejó de llover en ningún momento, pero tampoco noté cómo llovía. Las cosas más emocionantes de este año han pasado bajo la lluvia. Creo que fue mi confort en la carrera. Como un fresquito continuo motivándote, dándote energía. Quería empaparme sin dejar de correr, necesitaba seguir corriendo sintiendo la lluvia pero sin molestarme… Todo muy extraño, ya lo sé.

Cuando faltaban 2 km ya sabía que la cinta sería mía. Ni siquiera apareció el chico de la bici indicando la primera mujer en carrera. Otros años me ha acompañado desde los últimos 5 km o así. Pero ese día llovía. Y pensé que tendría que hacerlo sola, sin girarme a ver si venían, sin preguntar a nadie cómo iba la de atrás, sin el apoyo de algún compañero dándote energía o apretándote más… Iba sola. Toda la carrera. A mi marcha, a mi ritmo. Y resultó ser un buen ritmo y resultó que tomé buenas decisiones sola. Pensé que tenía que correr muchas más veces así, sola. Y resulta paradójico porque la realidad es que siempre corro sola… pero en las carreras, (si has estado en alguna lo sabrás), siempre acabas corriendo con alguien y apretándote más de la cuenta, siempre hay alguien en el camino que te dice cómo vas (ays cuánto me agobia que me digan la posición y que la tengo ahí… pero cuánto me gusta a la vez). Ese día no había nadie. Llovía y casi no vi ni fotógrafos, ni gente de los pueblos que siempre llenan el camino precioso, ni ciclistas haciendo la vía, ni bici que me acompañara, ni compañero que mantuviese mi ritmo o quisiese correr conmigo… Así que me quedaban 2 km para apretar, intuyendo que la tenía pegada y con unas ansias enormes de coger la cinta.

En el último km apareció una moto, justo cuanto tocamos el asfalto, en las «rebajaditas», donde casi nos caemos todos, alguno creo que se hizo daño… Y marqué un último km a 3:35. La había visto cerca en un giro y yo aún estaba bien. Así que cerré los ojos y apreté, a tope, a muerte, con la duda de si mis piernas aguantarían, pues ya iban cargadas, pero faltaba tan poco…

Llegué PRIMERA. Después de bastante tiempo sin ganar una carrera absoluta, llegué primera. Llegué justa, porque me apreté hasta la muerte al final y no me lo podía creer. No me lo había planteado hasta que vi la moto aparecer y ese saber que lo vas a lograr te da un extra de vitalidad que es indescriptible. Bajé casi 2 min más mi anterior marca y me quedé a segundos de batir récord de la prueba. NO puedo saber cómo lo hice. NO encuentro en mi memoria de entrenes (y ya son muchos), un ritmo tan intenso tanto rato. Hago buenos entrenes, hago buenos ritmos, pero casi siempre necesito descanso entre tiradas largas, parar… y pocas veces voy a ese ritmo mucho rato. No entiendo cómo la motivación y tu cuerpo puede transformar todo lo que has entrenado en ese resultado. Así se lo dije a mi entrenador, no sabía cómo había podido correr 21 km a 4:16 de media, con el dato de acabar el último km a 3:35. Es un misterio de nuestro cuerpo, pero sobretodo de nuestra mente, que me reafirma al pensar que podemos más de lo que pensamos, que estamos preparados para mucho más de lo que hacemos, que los límites sólo los ponemos nosotros y nuestras circunstancias… 

 

       

No hay ritmos proporcionales según distancias. Por ejemplo, podríais pensar que si corro 21 km a 4:16, puedo correr 5km a 3:40. Pues NO. De momento no lo consigo. Los 5 km que hago en el duatlon no he conseguido bajar de 4, apenas unos segundos menos y depende del día. El último lo hice en Algemesí, una semana después de la media.

Onda me fue bien, tuve ritmos más rápidos, pero Algemesí era liga de Clubs y ahí sí sabía que no iba a conseguir nada. No era mi liga. Juegan chicas jóvenes muy fuertes y otras no tanto que también lo están. Y esa misma motivación que tuve en Ojos Negros me faltó en Algemesí. Pero también disfruté, eso sí, siempre disfruto. Pero no te sientes con el «puntito» de dar más, te encuentras más justa de lo normal y no consigues hacer los tiempos que crees que podrías haber hecho. Y siempre es debido a otros condicionantes, el tiempo (que nos llovió y nos granizó… pero también lo hizo en Ojos negros), la cantidad de chicas con nivel que habían, que me hacían sentir flojilla, salir en una segunda salida, correr de nuevo sola con un viento en la bici que me volaba… y el pensar en cómo estás, en esa semana después de Ojos negros que ha sido regular, tu mente de nuevo… Volví a sentirme bien en el último km del segundo segmento de carrera, en la entrada a meta, los últimos 800 metros adelantando a una chica que llevaba delante mucho rato…  Lo más bonito de este día fue volver a competir como equipo, con Laura y Mila que se vistieron de Triculp para mantener la categoría este año. Un equipo escaso y con mucho que mejorar, pero con mucha energía positiva y ganas.  

Chicas Triculp

Lo mejor de estos días de lluvia, es sacar el más bonito paraguas cada vez, estrenar botas de agua, saltar los charcos o restregarse por ellos, es sentir el frescorcito en la cara… y disfrutarlos, aunque no te gusten. Lo bonito de todas las pruebas es acumular la experiencia, disfrutar de ellas y construirte a ti misma una base sólida para no perecer en esa lluvia de sinsabores que es la vida.

Disfruta en todo lo que haces y conseguirás disfrutar de la vida.

Isabel

Prensa Vía Verde Ojos Negros:

Superdeporte: https://amp.superdeporte.es/polideportivo/2019/04/01/cerca-2000-corredores-desafiaron-lluvia/408200.html?__twitter_impression=true&fbclid=IwAR3SQg014nvPEFaQOh7HmtqiVcwZ7V8w-sGbs595LwCDkXA3qHaGPEmq3d4

Vias Verdes: https://www.facebook.com/217839685051867/photos/a.222992154536620/1238759866293172/?type=3&theater

Levante: https://www.levante-emv.com/carreras-populares/2019/04/01/alocen-redolat-team-gana-maraton/1856041.html