Un año difícil, aunque sigamos cumpliendo sueños.
No podía comenzar el nuevo curso sin cerrar el anterior. Así que aunque sea un post más largo de lo habitual, intentaré hacer un breve repaso por mi temporada deportiva, que se ha tenido que combinar con varios viajes de trabajo: México y Bruselas y varios viajes deportivos: Berlín, Menorca y Benasque. Con lo que estos meses han sido difíciles de combinar en cuanto a entrenes, trabajo, familia y ocio.
Deportivamente, también ha sido un curso complicado, que comenzó con la lesión de la Maratón y el regreso de los miedos, de la certeza de un cuerpo que hay que cuidar y que no responde igual, de dolores y pequeñas molestias constantes…
La prueba de preparación para el Maratón de las Tucas era Menorca, Trail de Cami de Cavalls, 27 km y después el de Enguera, de 30Km y con mucho desnivel. Carreras planificadas para ir cogiendo rodaje, desnivel y confianza.
Pero Camí de Cavalls fue muy duro para mí. Caí 4 veces en el camino, la primera cuando apenas llevaba 6 km en primeras posiciones, con terreno más o menos fácil, pedregoso pero sencillo. De morros. Alaaaa. Ahí que me caigo, y me levanto y sigo, y remonto posiciones y otra vez, a los pocos km…. A partir de la 2ª caída ya seguí sola, pues Marta se iba en primeras posiciones, y yo me paré a llorar un poquito, a comprobar que no tenía nada roto y que podía seguir. Pues aún caí 2 veces más. Se me liaban las piedras, me mareaba, no coordinaba bien… en fin. Fue duro porque no era una carrera complicada, no había apenas bajada, aunque sí piedras de punta que me dejaron secuelas. Las mayores secuelas fueron psicológicas. Una vuelta de tuerca al miedo que ya traigo de serie.
Aún con caídas, fui la segunda de mi grupo de edad, pero no daban medalla por categorías, así que nada, a casa con sensaciones reguleras, pero disfrutando de un finde genial, eso sí y siempre. Sin esa motivación extra, no sé qué hubiese hecho.
Traté de recuperarme pronto y volví a salir a los pocos días. Preparando el duro Trail de Enguera que nos llevaría casi a las puertas de Benasque. En este trail, pese a mi sensación de lentitud, quedé 3ª de categoría. Pocas chicas éramos, la verdad. Yo pensé, «es que loquitas como nosotras no hay tantas». Pero mola.
Reservando y con una actitud mucho más conservadora, conseguí entrenar todo lo necesario, con fuertes dolores de cuello y mareos, rehabilitación y otros que me impidieron estar al 100%. Y llegaron las Tucas.
El desánimo de los últimos meses, de ver que no rendía lo suficiente (no había parado de viajar y trabajar y mi cuerpo lo notó, jeje), de que me tensaba con algunas partes del entrene, de que no podía seguir los ritmos del grupo, se quedó a un lado en cuanto pisé los valles y los montes del Maratón de las Tucas. Nunca había hecho un maratón de montaña y fue espectacular.
Esos momentos en los lagos glaciares, en las paredes de roca, en los valles y refugios compensaron todas las dificultades (dolores, tripa, caídas, miedos…). Avancé a mi ritmo, acompañada por casi todos en la subida y sólo por Vicent en la bajada larga. Él iba tocado y tuvo que retirarse, y seguí sola, 12 km hasta el final, acabando con unas 8h la carrera. Me encantó lo que vi y recorrí allá arriba, y esa sensación de sentirme en perfecta sintonía con la naturaleza.
Toda una liga de clubs entre salidas a la montaña y entrenes duros de muchas horas, un millón de piedras en el camino, lesiones, miedos y bloqueos, para llegar a la cima de las Tucas, al espectáculo de la Naturaleza y saber que todo tiene sentido. Así sí.
A mi ritmo, sin presiones y disfrutando día a día. Me quedo con esta imagen, con este momento vivido en el Tri de Castellón, en pareja con Álvaro.
Mi lección de este curso está siendo la contención, ser consciente de que algunas distancias requieren un esfuerzo que las teclas de mi cuerpo no pueden absorber ahora. He acudido a hacerme todas las revisiones que creía que tenía que hacer, y con las limitaciones seguiré jugando la partida. Porque no hacer deporte no es opción, no correr de momento tampoco lo es.
He tenido momentos duros, de ver que no salía bien mi esfuerzo, de ver que el bloqueo es más fuerte que mis capacidades y eso se convierte en una limitación, soy consciente de ello pero no he sabido resolverlo sola, le he hecho frente, pero no lo he resuelto todavía. Seguiremos intentándolo, con la ayuda de los mejores.
Agradezco a Juan, mi entrenador, todo el apoyo y adaptación que me hace, a José Millán, la lucha con la dieta, que en las Tucas también fue complicado, y el aporte extra de fuerza en las sesiones semanales. A mi club Triculpelat y a mis compis de Trail con los que he disfrutado todo el curso: Visent, Marta, Alex, Santana, Toni, Hector, Manolo, Javi…
Volvemos a plantearnos otra temporada. Intentaremos aprender de los errores y reforzar mis puntos fuertes.
Nos vemos por los montes o por las carreras.
Seguiremos esforzándonos por disfrutar del deporte.
8 Septiembre 2023
@josemillan_clinicamillanut
@juanyustepalop
@martukyky
@ct_triculpelat
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