«El desánimo de los últimos meses, de ver que no rendía lo suficiente…, de que me tensaba con algunas partes del entrene, de que no podía seguir los ritmos del grupo, se quedó a un lado en cuanto pisé los valles y los montes del Maratón de las Tucas. Nunca había hecho un maratón de montaña y fue espectacular.»
El triatlón, y sobretodo, mis compañeras de ruedo, han hecho que sean unos meses un poco más divertidos, emocionantes y con un punto saludable para mis largas jornadas de estudio.
Hoy una amiga me enviaba la canción de Serrat «Todo pasa y todo queda», basada en Cantares de Antonio Machado. Cuántos recuerdos de este curso, y qué bonita letra. Seguimos haciendo camino, camino sobre esa mar que ya no puedo pisar…
Mientras podamos disfrutar de cuidar nuestro cuerpo, de esforzarnos, de competir de manera sana, de compartir con nuestros compañeros, de crecer, y de millones de cosas más que nos da el deporte, difícil va a ser que nos encuentre la vida tristes o sin ánimo para afrontar el resto de desavenencias.
«Volver a sentir esa sensación de la meta, del trabajo, de que puedes, de que has disfrutado como una enana… es incomparable.»
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